Microhistoria
¿A qué le temes?
El miedo te ayuda a crecer
Siempre pensé que mi mayor temor se representaba en tener cerca a las arañas, pero no es así, mi mayor temor se hizo realidad el 10 de septiembre de 2003.
En ese instante, descubrí que mi mayor tristeza y mi mayor oportunidad para crecer fue perder a mi mamá y entender, que esa experiencia era a la que más temor le tenía.
Fuimos una, siempre juntas, siempre luchadoras, siempre amigas, cómplices, ella protectora, amorosa, sencilla, sincera, estricta, organizada, mamá y papá, sacrificada.
En un segundo descubrí que no tenía una red para soportar las caídas, no tendría ya esa palabra amorosa en días de derrota y esa palabra de felicitación en días de triunfo.
En esa tarde de un miércoles sentí cuando ella partió, cómo se desprendió de mi cuerpo, es como si algo me hubiese halado hacia atrás y se estuviera aferrando a mi para no dejarme, fue realmente el momento en el que entendí que algo no marchaba bien.
Mi temor a la soledad, a dormir por primera vez sola sin el calor de su cuerpo, a despertar y darme cuenta que era real que mi pequeña como la llamaba, ya no estuviese más, que todo sería definitivo y sin retorno.
El miedo tiene muchos rostros, ahora le reconozco en la soledad, en la tristeza y el desamparo, no imaginé que verle de esa manera marcaría mi vida para siempre.
Enfrentar el miedo me hizo más fuerte, decidida, luchadora, independiente y capaz. No me dio más alternativa que seguir viviendo.